Quienes esperen un mayor cubrimiento para iniciar su presencia en la red, estará dejando el camino despejado para la competencia. El primer paso para generar una campaña comercial o un análisis de inversión en publicidad es ¿donde se encuentra mi mercado objetivo? El segundo paso es ¿cómo llego a él?. Definimos el mercado objetivo como los compradores potenciales, resaltando la palabra compradores. Para el caso de la Internet el termino de compradores o personas con ingresos propios cobra mayor importancia que en el sector real dado que por lo general se navega solo, mientras que la visita a los almacenes físicos se hace por lo general en compañía de alguien que pueda pagar. En este orden de ideas, quien está navegando por un sitio de compras, debe ser autónomo en su capacidad de compra, y por esto la definición un poco distinta a la de los textos normales de mercadeo.
Este comportamiento hace entonces que a quienes vaya dirigido nuestra oferta deben ser autónomos económicamente (con empleo por lo general) y estén conectados a la Internet. Es claro que la Internet se coló en todas partes cubriendo un poco la segunda premisa. Ya algunos estados de la Unión Americana reportan el 70% de sus moradores adultos conectados a la Internet. En los países latinoamericanos y en Europa la cifra de moradores adultos conectados a la red es mucho menor que la de Estados Unidos. Se debe tener en cuenta también los altos costos de conexión en Europa y en algunos países de América latina, que hacen que el crecimiento de usuarios sobre la red en estas latitudes, a pesar de aumentar constantemente, no llegue a masas críticas.
Hasta aquí, cualquier intento de comercialización por la red se vería bloqueado ya que los clientes potenciales no están conectados a la red. Sin embargo, se ve con mayor frecuencia la presencia de muchas empresas en la red, inclusive con ofertas de comercio electrónico negocio a consumidor. Hay dos razones básicas para esta incursión. La primera es de estrategia temprana, en el sentido de que si no se está presente en la red desde ahora, se pierde mucho terreno ante la competencia que si lo está. Sin embargo es la segunda razón que está dando los frutos. Esta segunda razón es que a pesar de que en el ámbito personal la conexión a Internet sea costosa, en las empresas ya se vuelve una necesidad. Muchas personas que tienen un trabajo estable y por lo tanto ingresos estables (mercado potencial con capacidad de compra), tienen acceso a la Internet en sus empresas.
La conexión en las empresas es la que puede permitir halar el comercio electrónico en nuestros países, mucho antes que la masa crítica pueda tener una instalación de Internet en sus hogares. Otra fuente de un buen número de personas conectadas son las universidades, claro que estas personas tienen una característica distinta a los conectados a través de las empresas, no tienen ingresos propios, por lo general, lo que hace que su capacidad de compra sea menor. Sin embargo, se convierten en un mercado potencial y crítico, con muy buen cubrimiento porcentual, para anuncios de productos y servicios como traducciones y tutorías.
Es entonces claro que no hay que esperar hasta que la mayoría de personas se pueda conectar a la Internet para hacer presencia en la misma, sino tomar por sentado que la "invasión" de la Internet se está presentando en las empresas a tasas no despreciables. Quienes esperen un mayor cubrimiento para iniciar su presencia en la red, estará dejando el camino despejado para la competencia.
Este comportamiento hace entonces que a quienes vaya dirigido nuestra oferta deben ser autónomos económicamente (con empleo por lo general) y estén conectados a la Internet. Es claro que la Internet se coló en todas partes cubriendo un poco la segunda premisa. Ya algunos estados de la Unión Americana reportan el 70% de sus moradores adultos conectados a la Internet. En los países latinoamericanos y en Europa la cifra de moradores adultos conectados a la red es mucho menor que la de Estados Unidos. Se debe tener en cuenta también los altos costos de conexión en Europa y en algunos países de América latina, que hacen que el crecimiento de usuarios sobre la red en estas latitudes, a pesar de aumentar constantemente, no llegue a masas críticas.
Hasta aquí, cualquier intento de comercialización por la red se vería bloqueado ya que los clientes potenciales no están conectados a la red. Sin embargo, se ve con mayor frecuencia la presencia de muchas empresas en la red, inclusive con ofertas de comercio electrónico negocio a consumidor. Hay dos razones básicas para esta incursión. La primera es de estrategia temprana, en el sentido de que si no se está presente en la red desde ahora, se pierde mucho terreno ante la competencia que si lo está. Sin embargo es la segunda razón que está dando los frutos. Esta segunda razón es que a pesar de que en el ámbito personal la conexión a Internet sea costosa, en las empresas ya se vuelve una necesidad. Muchas personas que tienen un trabajo estable y por lo tanto ingresos estables (mercado potencial con capacidad de compra), tienen acceso a la Internet en sus empresas.
La conexión en las empresas es la que puede permitir halar el comercio electrónico en nuestros países, mucho antes que la masa crítica pueda tener una instalación de Internet en sus hogares. Otra fuente de un buen número de personas conectadas son las universidades, claro que estas personas tienen una característica distinta a los conectados a través de las empresas, no tienen ingresos propios, por lo general, lo que hace que su capacidad de compra sea menor. Sin embargo, se convierten en un mercado potencial y crítico, con muy buen cubrimiento porcentual, para anuncios de productos y servicios como traducciones y tutorías.
Es entonces claro que no hay que esperar hasta que la mayoría de personas se pueda conectar a la Internet para hacer presencia en la misma, sino tomar por sentado que la "invasión" de la Internet se está presentando en las empresas a tasas no despreciables. Quienes esperen un mayor cubrimiento para iniciar su presencia en la red, estará dejando el camino despejado para la competencia.