La edad promedio de los ganadores del premio Nobel es de 63 años, pero la revista Wired Magazine ha decidido que quien más se merece este galardón tiene tan solo 33. Es una edad muy joven para los estándares del Nobel, pero si consideramos los resultados y logros de Internet, quizás la nominación no sea tan descabellada.
En muy poco tiempo, Internet ha tenido un profundo impacto en el modo en que vivimos. No tengo dudas de que pasarán décadas hasta que podamos comprender cabalmente sus repercusiones sociales, pero hasta el momento podemos asegurar que ya ha traído incontables beneficios al mundo. Ha brindado un acceso sin precedentes a la información, a una escala que nunca antes se había podido alcanzar. Ha derribado las barreras de la expresión creativa. Ha desafiado antiguos modelos de negocio y habilitado otros nuevos. Ha reducido los costos financieros y medioambientales de la comunicación.
Internet ha tenido éxito porque está diseñada para ser flexible y abierta. Estas dos características han facilitado que la Red pueda innovar constantemente sin que ocurran cambios masivos en su infraestructura. Una plataforma abierta y sin fronteras significa que las barreras para entrar son bajas, por ende fáciles de saltar, y que la innovación se da velozmente.
Lo maravilloso de una plataforma abierta es que no hacen falta porteros que restrinjan el acceso. Durante siglos, el acceso y el desarrollo de información fue controlado por unos pocos. Internet ha cambiado ese escenario, y rápidamente se está convirtiendo en la plataforma para todo el mundo.
Por supuesto, todavía falta un buen trecho por recorrer. Hoy hay solamente alrededor de 1.800 millones de usuarios de Internet en el planeta, lo que representa aproximadamente 25 por ciento de la población mundial. La mayoría del contenido web está en ingles, y todos sabemos bien que la mayor parte de la población del mundo no es angloparlante. Por ejemplo, hay 300 millones de personas que hablan árabe, pero solamente 1 por ciento del contenido web está en ese idioma. Lo mismo ocurre con el tailandés, a pesar de que Tailandia figura en el puesto 21 en la lista de países más grandes. El diseño de la red de redes hace uso del set de caracteres Unicode, que tiene la capacidad de representar la mayoría de los idiomas que tienen escritura. El Domain Name System que nos permite crear señalizaciones en el ciberespacio se está abriendo ahora al uso de Unicode, en vez de limitarse a un número reducido de caracteres latinos. Estas características permiten crear, encontrar y usar contenido en la mayoría de los idiomas con escritura.
A medida que más y más contenido está disponible en línea, más necesitamos de las herramientas para derribar las barreras idiomáticas que nos separan. Es por eso que me entusiasma tanto el progreso de las herramientas automáticas de traducción, y en particular el campo que denominamos “aprendizaje automático” o “machine learning”. Un objetivo es facilitar una búsqueda por términos que encuentre, despliegue y traduzca resultados en los 50 idiomas que soporta Google. La tecnología no es perfecta todavía, pero está mejorando a gran velocidad y no es ilógico imaginarse que un día la traducción automática permitirá a la gente en todo el mundo conversar o chatear unos con otros en tiempo real, cada uno experimentando la conversación en su lengua natal.
El principal impulsor de este aumento de contenido en diferentes idiomas será un mejor acceso a Internet. Y un componente clave en ese mejor acceso serán los dispositivos móviles.
Hace unos pocos años, todo el mundo especulaba sobre las promesas que la movilidad traería; ahora solo basta echar un vistazo a Corea, donde la gente realiza búsquedas activadas por la voz o paga sus cuentas a través del teléfono celular. El futuro ya llegó. Más aún, ya estamos viendo la diferencia que Internet móvil ha marcado en Africa, en América Latina y en el sub-continente indio. Las personas en economías emergentes ya están encontrando maneras innovadoras para usar la tecnología móvil, desde microfinanzas en el Banco Grameen y programas de teléfonos en aldeas en Bangladesh, hasta innovadores servidos de mensajes de texto que les proveen a los trabajadores del campo novedades sobre cosechas y el clima. El poder combinado de Internet con servicios móviles, inalámbricos y de banda ancha está produciendo una verdadera abundancia de información.
El progreso tecnológico de Internet también ha sentado las bases para el cambio social. Tal como ocurrió antes con otras invenciones, desde el telégrafo hasta la televisión, algunos se preocuparán por los posibles efectos de un acceso más amplio a la información: basta recordar que cuando se inventó la imprenta y se popularizó la alfabetización, muchos vieron este fenómeno como desestabilizante. Hoy, ocasionalmente hay quien expresa preocupaciones similares relacionadas con Internet, pero si miramos el cuadro completo podemos ver que los beneficios pesan mucho más que la posible incomodidad que integrar Internet a nuestras vidas podría significar. La red de redes es lo que es porque así lo han querido literalmente millones de personas. Internet es el resultado más concreto de la colaboración.
Obviamente sería ingenuo no reconocer que la apertura de Internet ha tenido su precio. La seguridad es un tema cada vez más importante y no puede ignorarse. Si existe un área vital de investigación y desarrollo intensos, la seguridad es una de ellas. Estoy cada vez más convencido, sin embargo, de que existen técnicas y prácticas para hacer que Internet sea más segura al mismo tiempo que conserva su calidad esencial de apertura.
Después de haber trabajo por más de tres décadas en Internet, soy más optimista que nunca acerca de sus promesas. Todos somos libres de innovar cada día en la Red. De hecho, Internet es una herramienta construida por y para las personas. Entonces, ¿Internet debería ganar el premio Nobel? Podría ser un tanto complicado de implementarlo porque habría que encontrar el modo de premiar a todos los internautas del planeta. Pero se lo merece.
Por: Vint Cerf, Vicepresidente de Evangelización
Internet ha tenido éxito porque está diseñada para ser flexible y abierta. Estas dos características han facilitado que la Red pueda innovar constantemente sin que ocurran cambios masivos en su infraestructura. Una plataforma abierta y sin fronteras significa que las barreras para entrar son bajas, por ende fáciles de saltar, y que la innovación se da velozmente.
Lo maravilloso de una plataforma abierta es que no hacen falta porteros que restrinjan el acceso. Durante siglos, el acceso y el desarrollo de información fue controlado por unos pocos. Internet ha cambiado ese escenario, y rápidamente se está convirtiendo en la plataforma para todo el mundo.
Por supuesto, todavía falta un buen trecho por recorrer. Hoy hay solamente alrededor de 1.800 millones de usuarios de Internet en el planeta, lo que representa aproximadamente 25 por ciento de la población mundial. La mayoría del contenido web está en ingles, y todos sabemos bien que la mayor parte de la población del mundo no es angloparlante. Por ejemplo, hay 300 millones de personas que hablan árabe, pero solamente 1 por ciento del contenido web está en ese idioma. Lo mismo ocurre con el tailandés, a pesar de que Tailandia figura en el puesto 21 en la lista de países más grandes. El diseño de la red de redes hace uso del set de caracteres Unicode, que tiene la capacidad de representar la mayoría de los idiomas que tienen escritura. El Domain Name System que nos permite crear señalizaciones en el ciberespacio se está abriendo ahora al uso de Unicode, en vez de limitarse a un número reducido de caracteres latinos. Estas características permiten crear, encontrar y usar contenido en la mayoría de los idiomas con escritura.
A medida que más y más contenido está disponible en línea, más necesitamos de las herramientas para derribar las barreras idiomáticas que nos separan. Es por eso que me entusiasma tanto el progreso de las herramientas automáticas de traducción, y en particular el campo que denominamos “aprendizaje automático” o “machine learning”. Un objetivo es facilitar una búsqueda por términos que encuentre, despliegue y traduzca resultados en los 50 idiomas que soporta Google. La tecnología no es perfecta todavía, pero está mejorando a gran velocidad y no es ilógico imaginarse que un día la traducción automática permitirá a la gente en todo el mundo conversar o chatear unos con otros en tiempo real, cada uno experimentando la conversación en su lengua natal.
El principal impulsor de este aumento de contenido en diferentes idiomas será un mejor acceso a Internet. Y un componente clave en ese mejor acceso serán los dispositivos móviles.
Hace unos pocos años, todo el mundo especulaba sobre las promesas que la movilidad traería; ahora solo basta echar un vistazo a Corea, donde la gente realiza búsquedas activadas por la voz o paga sus cuentas a través del teléfono celular. El futuro ya llegó. Más aún, ya estamos viendo la diferencia que Internet móvil ha marcado en Africa, en América Latina y en el sub-continente indio. Las personas en economías emergentes ya están encontrando maneras innovadoras para usar la tecnología móvil, desde microfinanzas en el Banco Grameen y programas de teléfonos en aldeas en Bangladesh, hasta innovadores servidos de mensajes de texto que les proveen a los trabajadores del campo novedades sobre cosechas y el clima. El poder combinado de Internet con servicios móviles, inalámbricos y de banda ancha está produciendo una verdadera abundancia de información.
El progreso tecnológico de Internet también ha sentado las bases para el cambio social. Tal como ocurrió antes con otras invenciones, desde el telégrafo hasta la televisión, algunos se preocuparán por los posibles efectos de un acceso más amplio a la información: basta recordar que cuando se inventó la imprenta y se popularizó la alfabetización, muchos vieron este fenómeno como desestabilizante. Hoy, ocasionalmente hay quien expresa preocupaciones similares relacionadas con Internet, pero si miramos el cuadro completo podemos ver que los beneficios pesan mucho más que la posible incomodidad que integrar Internet a nuestras vidas podría significar. La red de redes es lo que es porque así lo han querido literalmente millones de personas. Internet es el resultado más concreto de la colaboración.
Obviamente sería ingenuo no reconocer que la apertura de Internet ha tenido su precio. La seguridad es un tema cada vez más importante y no puede ignorarse. Si existe un área vital de investigación y desarrollo intensos, la seguridad es una de ellas. Estoy cada vez más convencido, sin embargo, de que existen técnicas y prácticas para hacer que Internet sea más segura al mismo tiempo que conserva su calidad esencial de apertura.
Después de haber trabajo por más de tres décadas en Internet, soy más optimista que nunca acerca de sus promesas. Todos somos libres de innovar cada día en la Red. De hecho, Internet es una herramienta construida por y para las personas. Entonces, ¿Internet debería ganar el premio Nobel? Podría ser un tanto complicado de implementarlo porque habría que encontrar el modo de premiar a todos los internautas del planeta. Pero se lo merece.
Por: Vint Cerf, Vicepresidente de Evangelización
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